CRISTIANOS     EVANGELICOS     DE     MENTALIDAD     AVANZADA     Y     SÓLIDOS     EN     LA     FE .

 

"C E M A S F E"

 

Efesios: 1: 22,23;  Efesios  3: 20; Efesios 4: 23  1ª. Corintios 2: 6- 16;  Hebreos 5:14

Con la infinita misericordia, omnipresencia, omnisciencia, omnipotencia, y lo infalible de nuestro DIOS; Adonai, Ih, Yhavé, Shadday, Elohim, Jehová Dios (nuestro único y soberano Dios) y en el poderoso nombre de nuestro Señor y Salvador; El Cristo, Jesús: Yeshua, el Meshiaj y redentor.  Dándonos la revelación por medio de su Santo Espíritu; descubriremos los grandes enigmas en su Santa Palabra; la Biblia del Cristiano Evangélico verdadero con “Emunna en Yeshua” (Fe en Jesucristo).

Estos escritos no pretenden polemizar, deben ser escudriñados con madurez espiritual y están dirigidos a esos creyentes que han alcanzado un nivel superior, una mente abierta y dirigida por el Espíritu Santo de Dios; es decir: que tengan “LA MENTE DE JESUS”

 
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"MELQUISEDEC"        

El Hijo de Jehová Dios, hecho ser humano en una de sus varias estancias en éste planeta.

Melquisedec, Rey y sacerdote supremo de Salem (la tradición judía identifica a Salem con Jerusalén), que relata en el Antiguo Testamento en Génesis 14: 18-20 “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano.  Y le dio Abram los diezmos de todo.” 

Según el pasaje leído; Melquisedec sale al encuentro de Abraham al regresar este de la batalla con los reyes mesopotámicos; Melquisedec ofreció a Abraham “pan y vino” una clara prefiguración, de la Santa Cena y a cambio obtuvo un diezmo (el 10%) de lo ganado por Abraham.

En el Salmo 110 se le describe a Melquisedec como un prototipo de el futuro Mesías, el Cristo que vendría miles de años después a la tierra prometida, a la tierra del pueblo judío, que por la sapiencia de nuestro Dios soberano encomendó iniciar en el patriarca Abraham; quien antes de recibir la promesa se llamaba Abram.  Estaba el Hijo de Dios en ese entonces como ser humano en esta tierra y El se encargaba de ordenar a los líderes y/o sacerdotes al servicio de Dios hacia su pueblo; dando un ordenamiento supremo y permanente; según leemos en los pasajes de Hebreos 5: 10  “Y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec”  y Hebreos 6:20  “donde Jesús entro por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”  Ese ordenamiento, esa confirmación, esa imposición de manos era en si un sello permanente y supremo que daba confirmación al aval plenipotenciario y vitalicio de parte de nuestro eterno Dios.  Estos dos versos hablan del propio Cristo Jesús; Señor y Salvador nuestro, quien fue en aquellos lejanos tiempos el mismo, pero con el nombre muy poco conocido y descrito en las Santas Escrituras; y su función como ya vimos; era otra.  Pero El era, porque ha estado personalmente y hecho a nuestra semejanza (pero sin pecado), en varias ocasiones atravez de los tiempos y ha ido al Padre (a Dios) y venido a este mundo (una de sus infinitas creaciones, porque por El y para El fue hecho el mundo –Juan 1:10). 

Recapitulando: Cristo Jesús estuvo varias veces en este planeta y retornado a los cielos, antes de su “venida principal para morir y resucitar por nosotros”. Y el propio Jesús lo afirma en San Juan l6: 28 “Salí del Padre, y he venido al mundo; OTRA VEZ DEJO EL MUNDO, y voy al Padre.”    “otra vez” que es sinónimo de “una vez más”  “por segunda, tercera, cuarta, vez; en fin varias veces”.  Si varias veces, varias ocasiones y para diferentes funciones por medio de la obediencia hacía su Padre y nuestro Padre celestial; nuestro único Dios.  Y adoramos a ese nuestro único Dios porque en una de sus muchas venidas de su amado Hijo, y la más importante; fue que en el plan perfecto; su Hijo viniera y naciera de una virgen, dejando enseñanza, padeciendo por nosotros; fue crucificado y al tercer día resucitó para darnos vida eterna y ahora le esperamos en dos venidas super importantes: el rapto de su fiel Iglesia y su posterior Segunda Venida (detalle en otros escritos a tratar).

Por inspiración Divina del Espíritu Santo de Dios al apóstol Pablo de Tarso; leemos sobre Melquisedec en Hebreos capítulo 7  “ Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió ha recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien a si mismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa (el de Melquisedec), primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem (la Jerusalén actual), esto es Rey de Paz; sin padre, sin madre (terrenales, humanos, mortales), sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.  Considerad pues cuan grande era este, a quien aún Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que de en tre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham.  Pero aquel (Melquisedec) cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin dis-cusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.  Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salio al encuentro.”

A la luz de este maravilloso relato divino, y escudriñándolo a profundidad, encontramos varias frases en donde se describe al Hijo de Dios en la persona de Melquisedec, que ahora es nuestro Cristo, nuestro Jesús.  Lea y sorpréndase, escudriñe y medite:  “Rey de Justicia”  “Rey de paz”,  el versículo tres es revalador al máximo, el seis lo confirma y en el siete Pablo da una clave: definitivamente el Hijo de Dios es por mucho e infinito margen, mayor;  al gran patriarca Abraham.  Más adelante explica Pablo, siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios; la infalibilidad del nuevo pacto en Jesús.

Melquisedec: en el idioma hebreo, sedec significa: "mi rey" así como relata el pasaje de la carta a Hebreos 7: 2. 

Recordamos al gran siervo de Dios, al gran rey de Israel; el rey David.  Este majestuoso rey que aproximadamente mil años antes del nacimiento de Cristo Jesús; conquistó la eterna y bella Jerusalén; y por lo tanto fue heredero de la dinastía de Reyes-Sacerdotes iniciada por Melquisedec; llegando ese linaje hasta José, el padre terrenal y adoptivo de nuestro Cristo; porque de Jesús en más el inicia la nueva dinastía de reyes-sacerdotes; siendo estos nosotros ya según el orden Supremo y eternal por medio de la Gracia en Cristo Jesús.  Y estamos siendo gobernados y somos súbditos del REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES; CRISTO JESUS. 

Una dinastía nacida entonces en el Rey Melquisedec; el Hijo del Dios Altísimo y que según se detalla en el primer libro de la Torá de Moisés; es decir en Génesis; en el cual se concluye que el sacerdocio de Melquisedec es viviente  o eterno; y por lo tanto es el mismo Hijo de Dios, en ese entonces en la persona de Melquisedec; ese sacerdocio es superior al de Araón y el Levítico y también a los sucesores de estos; porque estos eran y son mortales.

Las Santas Escrituras lo mencionan muy poco, casí nada; la tradición Judía lo menciona mucho más y vemos en los textos del Qumrán, y específicamente un texto fragmentario de la cueva 11 de Qumrán; este considera a Melquisedec como el Juez nombrado divinamente en la Corte Celestial e interpreta el Salmo 7: 7-17 y el Salmo 82 en este sentido.

Alabamos y Glorificamos a nuestro único y SOBERANO Jehová Dios; Soberano, si porque si a Él le plació enviar a su amado y Santo Hijo, nuestro Señor y Salvador la veces que el dispuso a travez de los tiempos, fue su total soberanía.  Pero lo importante que en una de sus muchas venidas anteriores, para nosotros vino a cumplir la abolición del pecado a travez de su muerte en la cruz y darnos vida eterna por gracia.  Y por lo tanto el santo evangelio de nuestro Señor Jesucristo no es esotérico ni asceta; en el, Jesucristo es proclamado como profeta, señor, salvador, sacerdote y rey davídico en una sola persona.

 

 

Nuestro redentor Cristo Jesús murió violentamente (a diferencia de cualquier otro líder de sectas y religiones) y RESUCITÓ (una grandísima diferencia con cualquier profeta o líder de los religiosos o sectarios), y no nos cansaremos de vociferar que resucitó de una manera salvífica.

En esto estamos claros: que según el orden de Melquisedec, se inició la dinastía de reyes y sacerdotes; hasta José, el padre no biológico de Cristo Jesús y de ahí, es decir somos nosotros los que creemos en Jesús como el Cristo enviado por Jehová Dios, para salvación de nuestras almas e inmortales en espíritu para vida eterna juntamente con Él.

En resumen la salvación de nuestras almas por medio de la Divina Gracia en la Persona de Jesucristo para vida eterna y presencia ante Jehová Dios, es el núcleo del  porque del existir y persistir en estos caminos; tanto del que lee y lo comparte con el que, en su limitada sabiduría lo escribe.

JESUCRISTO ES EL MISMO DE AYER, DE HOY Y POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN.

 Y A EL (Dios el Padre, Jesucristo el Hijo y al Espíritu Santo de Dios) SEA TODA LA GLORIA, EL IMPERIO, EL HONOR Y LA HONRA, POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE.

José  A.  Rivera  M.