ESCUDRIÑANDO  
 
  MELQUISEDEC... 19-04-2024 00:53 (UTC)
   
 



TEOFANIAS:


                                                      Son Of God : Jesús en una nube adoptadas hasta el cielo después de su resurrección de acuerdo a los actos del capítulo 1  Foto de archivo
            MELQUISEDEC 

HUMANOS; NECESITADOS DE UN MEDIADOR E INTERCESOR.
                           Son Of God : familia de cuatro personas en el césped con las manos arriba  Foto de archivo

Hemos de estudiar estas teorías; si las quiere tomar como hipótesis, pues adelante; lo único que rogaría a  Usted mi amado lector es el pedir en oración a Dios en el nombre de Cristo Jesús, guiado por el Espíritu Santo de Dios; para que su entendimiento este acorde a lo que tratamos en el capítulo uno y este capitulo, número cuatro. Le pido que por favor, en el nombre de Jesús, medite antes de enviarme a la hoguera, ya que trato al máximo; escudriñando y por ende basándome en las Sagradas Escrituras, porque: “Lampara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino” Salmo 119: 105.

Si pide discernimiento a Dios, el dará testimonio de que lo aquí escrito es producto del escudriñar a fondo su Palabra escrita, amparado en la promesa de Jeremías 33: 3 “clama a mi, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Fue para la restauración de la prosperidad de Jerusalén, entiendo bien esto, pero las promesas en su Palabra; permanecen para siempre, viniendo a ser reales también para los que hemos creído en su Nombre, los cuales oramos, clamando a Dios en el nombre de Jesús, tal y como está establecido por El, (Juan 14: 13, 14).

Desde el momento en que Dios exclamó a causa de la maldad de los hombres, por los pecados de Caín y sus padres terrenales; diciéndo: “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su Corazón.”  Dispuso reglas y severos castigos para nuestra raza humana, a causa de tanta maldad y desobediencia. Dictó 613 preceptos que aparecen en la Toráh de Moisés, o como nosotros lo conocemos; el Pentateuco de Moisés, los cinco primeros libros del Antiguo Testamento de nuestra Biblia,  para los judíos: la Torah, son los cinco libros de Moisés de la Tanah (tanaj) la Biblia Hebrea.

En estos seiscientos trece preceptos, Dios establece la conducta y requisitos a seguir por su pueblo.

Dios es soberano; Él hace según su Santa Voluntad, disponiendo en su ilimitada Sobera nía enviar a su Amado Hijo a establecer las reglas y lineamientos para ordenar a los sacerdotes y profetas de la antigüedad.  Estaremos bien claros que su venida principal fue cuando nació de una virgen, cumpliendo el plan perfecto de la salvación.

Esta, quizá primer venida a este planeta del Hijo unigénito de Dios podría causar en Usted una duda, pero cierre este libro; por favor incline su rostro, ore a Dios (insisto, nuevamente) en el Nombre poderoso de Jesús; pidiéndole con sinceridad que su Santo Espí- ritu le guíe a toda verdad.

MELQUISEDEC:

El Hijo de Jehová Dios, echo ser humano en una de sus venidas a es
ta tierra.

Melquisedec, Rey y sacerdote supremo de Salem (la tradición Judía, identifica a Salem, con Jerusalén), que relata en el Antiguo Testamento, en Génesis 14: 18-20 “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entrego tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.”

Según el pasaje leído; Melquisedec sale al encuentro de Abraham al regresar este de la batalla con los reyes mesopotámicos; Melquisedec ofreció a Abraham “pan y vino” una clara prefiguración, de la Santa Cena, a cambio obtuvo un diezmo (el 10%) de lo ganado por Abraham.

En el Salmo 110, se le describe a Melquisedec como un prototipo de el futuro Mesías, el Cristo que vendría miles de años después a la tierra prometida, a la tierra del pueblo Judío, que por la sapiencia de nuestro Dios soberano encomendó iniciar en el patriarca Abraham (hablo del inicio del pueblo Hebreo), quien antes de recibir la promesa se llamaba Abram.

Estaba el Hijo de Jehová Dios en ese entonces como ser humano en la tierra, encargandose de ordenar a los líderes y sacerdotes al servicio de Dios hacia su pueblo, los cuales daban los lineamientos en todo sentido; muy especialmente referentes al real cumplimiento de los seiscientos trece (613) preceptos escritos santamente en la Torah, entre estos el cumplimiento de los sacrificios para la expiación de los pecados del pueblo.

El ordenamiento de estos sacerdotes, de parte de Dios en la persona de Melquisedec; era supremo y permanente; según leemos en los pasajes de Hebreos 5: 10 “Y fue declarado por Dios, sumo sacerdote según el orden de Melquisedec”  Hebreos 6:20 “donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”  Ese ordenamiento, esa confirmación, esa imposición de manos, era en si un  sello permanente y supremo que daba confirmación al aval plenipotenciario y vitalicio de parte de nuestro eterno Dios.  Estos dos versículos hablan del propio Cristo Jesús; Señor y Salvador nuestro, quien fue en aquellos lejanos tiempos: ¡El mismo! pero con el nombre muy poco conocido y descrito en las Santas Escrituras.

Su función como ya vimos, era otra.  Pero El era, porque ha estado personalmente, hecho a nuestra semejanza (pero sin pecado), en varias ocasiones a través de los tiempos; hiendo al Padre (a Dios), venido a este mundo (una de sus infinitas creaciones, porque por Él y para Él fue hecho el mundo; “En el mundo estaba, y el mundo por El fue hecho; pero el mundo no le conoció.” Juan 1:10).

Recapitulando: Cristo Jesús estuvo varias veces en esta tierra y retornado a los cielos, antes de “su venida principal para morir y resucitar por nosotros”.  Esto lo afirma el propio Jesús de Nazareth, en el Evangelio de San Juan l6: 28:
 
“Salí del Padre, y he venido al mundo OTRA VEZ DEJO EL MUNDO, y voy al Padre.” 
                            Planet Earth : Tierra metálica rendida y reflexión en un ambiente pacífico con las nubes suaves Foto de archivo 

“Otra vez”, que es sinonimo de: “una vez más”, “por segunda, tercera, cuarta vez; en fin varias veces.”  Si varias veces, en varias ocasiones; para diferentes funciones por medio de la obediencia hacia su Padre; nuestro Padre celestial, nuestro único Dios.  La versión de la Biblia al día dice en esta parte medular del texto:  “ahora dejo de NUEVO el mundo”

El profeta Miqueas lo expuso años antes del nacimiento de Cristo:  

“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; Y SUS SALIDAS SON DESDE EL PRINCIPIO, DESDE LOS DIAS DE LA ETERNIDAD.”  Miqueas 5: 2.

Adoramos por la eternidad a ese nuestro único Dios porque en una de sus muchas venidas a esta tierra, de su amado Hijo; la más importante; fue que en el plan perfecto, su Hijo Jesucristo, viniera a nacer de una virgen, dejando enseñanza, padeciendo por nuestras culpas y pecados; fue crucificado; al tercer día resucitó para darnos el perdón por gracia, adhiriendo a esto vida eterna juntamente con El.  Ahora le esperamos en dos venidas en extremo importantes: el glorioso Rapto de su fiel Iglesia y su posterior Segunda Venida, para reinar con El por mil años, luego partir definitivamente al Reino de los cielos por la eternidad, con Dios.

Por inspiración Divina del Espíritu Santo de Dios al apóstol Zaulo de Tarso, venido a ser llamado Pablo, cuando ya convertido; leemos sobre Melquisedec, en la carta a los Hebreos capítulo 7:
 
“Porque este Melquisedec, Rey de Salem, Sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien a si mismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa (el de Melquisedec), primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem (la Jerusalén actual), esto es Rey de Paz; sin padre, sin madre (terrenales), sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino HECHO SEMEJANTE AL HIJO DE DIOS, permanece SACERDOTE PARA SIEMPRE.  Considerad pues, CUAN GRANDE ERA ESTE, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos  según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel (Melquisedec), cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenia las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es Bendecido por el MAYOR. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí,  UNO DE QUIEN SE DA TESTIMONIO DE QUE VIVE (o sea el Hijo de Dios en la persona de Malquisedec). Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre, cuando Melquisedec le salió al encuentro.”

A la luz de este maravilloso relato Divino ( recuerde que al apóstol Pablo le fueron reveladas grandes cosas de parte de Dios, así que no dude al respecto), escudriñando a profundidad, encontramos varias frases, donde se describe al Hijo de Dios en la persona de Melquisedec, que ahora es nuestro Cristo, nuestro Jesús. Lea y sorpréndase, escudriñe y medite: “Rey de justicia”  “Rey de paz”, el versículo tres es revelador al máximo, el seis lo confirma y en el versículo siete (v 7), Pablo da una clave: definitivamente el Hijo de Dios, es por mucho e infinito margen, mayor al patriarca Abraham.

Más adelante explica el apóstol, siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios; la infalibilidad del nuevo pacto en Jesús.

Le ruego en el amor de nuestro Señor Jesucristo, que lea cuidadosamente y escudriñe el pasaje que recién leímos, de Hebreos capítulo siete (7), vera que maravillosa revelación tendrá al respecto. Por favor léalo detenidamente, meditando en quien lo escribió, bajo la unción e inspiración del Espíritu Santo de Dios.

Se aconseja a consultar varias versiones bíblicas, además de un diccionario bíblico. Pero ante todo pídale dirección a Dios en oración.

Melquisedec: en el idioma hebreo; sedec significa: mi Rey; así como relata el pasaje de la carta a Hebreos 7: 2.

Recordamos al gran siervo de Dios, al gran rey de Israel; el rey David. Este majestuoso rey que aproximadamente mil años antes del nacimiento de Cristo Jesús; conquistó la bella y eterna Jerusalén;  por lo tanto fue heredero de la dinastía de reyes-sacerdotes ini ciada por Melquisedec; llegando ese linaje hasta José, el padre terrenal, adoptivo más no biológico de Jesús; porque de Jesús en adelante, El (Cristo Jesús) inicia la nueva dinastía de reyes-sacerdotes; siendo estos nosotros ya según el orden Supremo y eternal por medio de la Gracia en Cristo Jesús.

 

 

Estamos en la actualidad siendo gobernados, transformados en súbditos del REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES; CRISTO JESUS.

Una dinastía nacida entonces en el Rey Melquisedec; el Hijo del Dios Altísimo; que según se detalla en el primer libro de la Torah de Moisés; es decir en Génesis, en el cual se concluye que el sacerdocio de Melquisedec es viviente o eterno; por lo tanto es el mismo Hijo de Dios, en ese entonces en la persona de Melquisedec; ese sacerdocio es superior al de Aarón y el Levítico; también a los sucesores de estos; porque estos eran y son mortales.

Las Santas Escrituras lo mencionan muy poco, casi nada; la tradición Judía lo menciona mucho más viendo en los textos del Qumrán, específicamente un texto fragmentario de la cueva 11 de Qumrán; este considera a Melquisedec como el Juez nombrado Divinamente en la corte celestial e interpreta el Salmo 7: 7- 17 “Te rodeará congregación de pueblos, y sobre ella vuélvete a sentar en alto. Jehová juzgará a los pueblos; júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad. Fenezca ahora la maldad de los inicuos, más establece Tú al justo; porque el Dios justo prueba la mente y el corazón. Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón. Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días. Si no se arrepiente, El afilará su espada; armado tiene ya su arco, y lo ha preparado. Asimismo ha preparado armas de muerte, y ah labrado saetas ardientes. He aquí, el impío concibió maldad, se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño. Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá. Su iniquidad caerá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla. Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.”

Al Salmo 82 especialmente el versículo 8 “Levántate, oh Dios, juzga la tierra; porque tú heredarás todas las naciones.” Como decíamos estos textos antiquísimos del pueblo Hebreo, interpretan a estos Salmos, en este sentido, o sea que el nombramiento Divino de Melquisedec fue para juzgar con justicia celestial al pecador y el error cometido, además de ordenar como ya vimos, a reyes y sacerdotes, para siempre según el “orden de Melquisedec”.

Alabamos y Glorificamos a nuestro único y SOBERANO JEHOVA DIOS; soberano, si porque si a El le plació enviar a su amado y Santo Hijo, nuestro Señor y Salvador las veces que Él dispuso, a través de los tiempos, fue obra de su total y absoluta soberanía. Pero lo importante que en una de sus venidas anteriores, para nosotros vino a cumplir la abolición del pecado a través de su muerte en la cruz, dándonos vida eterna por Gracia (es repetitiva esta frase, pero así debe ser para su Gloria por siempre).

Por lo tanto: el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, no es esotérico ni asceta; en él, Jesucristo es proclamado como: Profeta, Señor, Salvador, Sacerdote y Rey davídico; en una sola persona.

Nuestro redentor Cristo Jesús, murió violentamente (a diferencia de cualquier otro líder de sectas y religiones), RESUCITÓ (una grandísima diferencia con cualquier profeta o líder de los religiosos o sectarios), por eso, no nos cansaremos de escribir y vociferar que RESUCITÓ DE UNA MANERA SALVÍFICA, ¡¡Gloria a DIOS por la eternidad!!

En esto estamos claros: que según el orden de Melquisedec, se inició la dinastía de reyes y sacerdotes; hasta José, el padre no biológico de Jesús el niño;  desde el inicio de su Ministerio, Cristo Jesús, ya de treinta (30) años, es decir somos nosotros los que creemos en Jesús como el Cristo (que significa Mesías), enviado por Jehová Dios, para salvación de nuestras almas e inmortales en espíritu para vida eterna juntamente con Él.

En resumen; la salvación de nuestras almas, por medio de la Divina gracia en la Persona de Jesucristo, es el núcleo del porque del existir y persistir en estos caminos; tanto del que lee y lo comparte con el que, en su muy limitada sabiduría, lo escribe.

Hemos visto bíblicamente, de este plan de Dios, al enviar a su Hijo Unigénito, en la persona de Melquisedec, para juzgar y regir, sobre el patriarca Abraham, sobre los reyes y sacerdotes; a causa de la maldad de los hombres, en aquellos tiempos, por circunstancias ya estudiadas, pero no con esto decirle que Melquisedec, es otro Hijo de Dios, NO, en lo más explicativo que pueda ser; NO.

JESÚS, como le conocemos a partir de su nacimiento, hace más de dos mil años; siempre ha existido juntamente con Dios Padre, Él, (Jesús, como) Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, un Dios Trino Unipersonal. La Biblia dice al respecto: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este (Jesús, su Hijo) era en el principio  con Dios.” San Juan 1: 1 y 2. 

Dios es Espíritu, pero El quiso siempre tener un contacto directo con la raza humana; entonces se hizo carne por medio de su Hijo, es decir el real verbo de Dios, lo que es lo mismo a la acción de Dios, “Y aquel Verbo (el Hijo Unigénito de Dios), fue hecho carne  (nació un niño, el cual fue Jesús), y habitó entre nosotros y vimos su Gloria, Gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” Juan 1: 14.

Este verbo de Dios, ahora en la Persona de Jesús, el Mesías, fue y es el Cordero de Dios que vino a abolir la ley y sus 613 preceptos, en la Torah; entre estos, dejó sin efecto los sacrificios de animales, especialmente corderitos, para pedir perdón por los pecados del pueblo ante Jehová Dios; siendo enviado una vez más por los suyos, los de su pueblo, pero: “A los suyo vino, y los suyos no le recibieron.” Juan 1: 11. Enviado a nosotros los gentiles también: “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y co partícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” Efesios 3: 6 al aceptarlo como Salvador, decimos juntamente con Juan el bautista: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” Juan 1: 29b.

Transformándonos por lo tanto en bienaventurados (tres veces dichosos) porque: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre (definitivamente yo, espero que Usted también, diga un gran Amén, si es así), les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 1: 12, 13.

Creo, entonces que en la gran misericordia de Dios (Shadday), Él dio en sus oportunidades a su Hijo Unigénito a conocer a nuestra semejanza, a nosotros su obra maestra de la creación, para regir, redimir, interceder y auxiliarnos ante Dios.  “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer.” San Juan 1: 18.

El Hijo de Dios, siempre fue, llegando entonces a la conclusión de que: JESUCRISTO ES EL MISMO DE AYER, DE HOY Y POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. A EL (Dios el Padre, Jesucristo el Hijo y al Espíritu Santo de Dios) SEA TODA LA GLORIA EL IMPERIO, EL HONOR Y LA HONRA, POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE.

Hemos de entender, sin llegar a ser filósofos (que en su traducción del griego significa: “amor por la sabiduría”), que el Ángel de Jehová, a sido la Teofanía hacía la raza humana; creación de Jehová Dios, para mantener un contacto directo con El.  Leemos en el segundo libro sagrado del Pentateuco de Moisés, Éxodo capítulo tres (quise copiarlo literalmente de la versión de la Toráh), en su dos primeros versículos, dice: “Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián.  Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb (o sea el Monte Sinaí), la montaña de Dios. El Ángel de Adonai (uno de los Santos nombres de Dios, que significa: mi Amo y Señor), se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía.”   En los versículos siguientes leemos el mandato vivo de nuestro Jehová Dios, por medio de este Ángel, para con Moisés,  que ya conocemos, hacia su pueblo Israel.

Otra de las Teofanías, es decir: una manifestación de Dios en forma visible y corpórea que es lo mismo a Dios hecho carne, por medio de su Hijo, fue aquel Varón de Dios con el cual luchó (podría traducirse como cuando uno ora, pidiendo el cumplimiento de las promesas escritas Divinamente), Jacob; según dice de ello así: “Así quedó Jacob solo; y luchó con él un Varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el Varón vio que no podía con él, toco en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: no te dejaré, si no me bendices (un claro paralelismo con la cita del Nuevo Testamento de que debemos pedir y se nos dará, tocar y se nos abrirá; esto en oración a Dios en el Nombre de Jesús, exclusivamente), Y el Varón le dijo: ¿cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.  Y el Varón le dijo: no se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel (lo cual significa: el que lucha juntamente con Dios, o Dios lucha), porque has luchado con Dios y con los hom-bres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: declárame ahora tu nombre. Y el Varón respondió: ¿porqué me preguntas por mi nombre? Y lo Bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (esto significa: el Rostro de Dios) porque dijo: vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” Génesis 32: 24-30.
                      Patriarchs : israel flag illustration in the water, computer generated Foto de archivo

Deduzco por revelación y resultado del escudriñar, que este varón que lucho juntamente con Jacob, era el Hijo de Dios, echo carne, ya que en primer lugar, Jacob sabía a quien le pedía Bendición, luchando desesperadamente por conseguirla, segundo; este varón de Dios, tenía la suprema autoridad para cambiar su nombre, de Jacob a Israel, que a la postre vendría a ser el pueblo Santo de Dios, la gloriosa Nación de Israel y tercero, dice Jacob o sea Israel “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (v. 30b), sabemos perfectamente que Jehová Dios el Padre, es Espíritu y nadie le ha visto, “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre , El le ha dado a conocer.” Juan 1: 18.

Jesús es el Verbo de Dios, la acción de Dios; “Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros…” Juan 1: 14a. más claro aun se explica en 1ª. Juan 5: 6 y 7 “Este es Je-sucristo, que vino mediante agua (su bautismo) y Sangre (el sacrificio en la cruz), no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre (Dios), el Verbo (Jesús) y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.”

En el libro del Apocalipsis, se habla claramente de Jesús cuando el venga una vez más a esta tierra con poder y gloria, detallando específicamente su Nombre, sobre todo nombre “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre (la sangre que nos limpia de todo pecado), y su Nombre es: EL VERBO DE DIOS.” Apocalipsis 19: 13.

EL  ÁNGEL  DE  JEHOVÁ.

                        Angels Of Heaven : Beatuiful Blanco y Negro foto de los ángeles ontop de Ceaser  's Palace en Las Vegas.  Foto de archivo

 

 

Doscientas trece (213) veces aparece escrito en el Antiguo Testamento en hebreo la palabra “mal’ak”, cincuenta y ocho (58) componen la expresión “mal’ak YHVH” que significa “Ángel de Jehová” y otras once (11) “mal’ak ha-elohim” que es “Ángel de Dios”

Quiero hacer un paréntesis para explicar lo referente al Santo Nombre de Dios, que a causa de lo extremadamente Sacro, según las citas de Éxodo 20: 7 “No tomarás el Nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su Nombre en vano.” Además de Levítico 24: 11-16 “Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y la madre se llamaba Selomit  hija de Dibri, de la tribu de Dan. Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová. Y Jehová hablo a Moisés, diciendo: saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedreelo toda la congregación.  Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el Nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre que muera.”

El Nombre, si su Santo Nombre y por eso dispusieron dar un nombre inpronunciable con las consonantes YHVH, más adelante con las vocales incorporadas en el texto masorético de una palabra distinta, para referirse a Dios  con el especifico nombre de Adonai (mi Amo, mi Señor, del verbo Adown), se formo el Santo nombre con el que le conocemos ahora; el cual es el nombre propio de nuestro Dios; así: YAVHE en Hebreo, lo que es JEHOVA en nuestro idioma, o por ejemplo; en inglés: Yahova.

Es por eso la frase, entre otras de “mal’ak YHVH”, el Ángel de Jehová; el cual es un ser Supremo que actuó como mensajero o representante de Jehová, como la relación entre un Soberano (Dios, el Padre) y su Embajador (el Hijo de Dios) “Respondió el Ángel de Jehová y dijo: oh Jehová de los ejércitos ¿hasta cuando no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al Ángel que hablaba con migo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: clama diciendo: así a dicho Jehová de los ejércitos: celé con gran celo a Jerusalén y a Sión y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto así a dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: así dice Jehová de los ejércitos: aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén.” Zacarías 1: 12-17.

 
Estaba el Hijo de Dios, denominado como el Ángel de Jehová (mal’ak YHVH), intercediendo; siendo mensajero y embajador de Dios, a su pueblo, por medio del profeta Zacarías.

Leemos que intercede en esta comisión el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús, como le conocemos y adoramos, por la maldad pecaminosa de las naciones, cuando leemos en el verso 15 “Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando Yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal” después muestra su misericordia;  prometiendo Bendiciones hacia estas gentes. Leemos que cuando el Ángel de Jehová le pedía clemencia, por los setenta años que estas ciudades habían estado siendo castigadas por Dios, Él buen Padre, accede con muy buenas palabras, pues nada menos que su Amado Hijo se lo pedía.

En otros casos este Divino Ángel de Dios, se identifica como Dios mismo, por favor lea en este momento en su Biblia en el libro de Jueces capítulo 13 (léalo ahora para no perder el hilo de este asunto), donde se narra el nacimiento de Sansón; verá que aquel Ángel de Dios que se les apareció a los padres de Sansón, era Dios hecho carne, por medio de su Amado Hijo Unigénito (recuerde que Dios el Padre es espíritu y a Él nadie le ha visto jamás). Que  revelación se nos da en los versículos 17 y 18 de este capítulo 13 de Jueces: “Entonces dijo Manoa al Ángel de Jehová: ¿cuál es tu Nombre, para que cuando se cumpla tu palabra, te honremos? Y el Ángel de Jehová respondió: ¿porqué preguntas por mi Nombre que es Admirable?” 

En primer lugar, Manoa, el padre de Sansón, actuó igual a Jacob, preguntando por su Nombre, y en segunda razón; el Varón de Dios, le dice que su Nombre es Admirable, un apelativo que se aplica a Jesucristo, Señor nuestro. (Isaías 9: 6).

La certeza del padre de Sansón era tal, porque así lo ha de haber percibido, entendiendo que había visto a Dios ya que exclamó: “Y dijo Manoa a su mujer: ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto” Verso 22. sin saber que, si, por supuesto habían visto a Dios, en la persona de su Santo Hijo, el Verbo de Dios.

 

 

En el libro de Jueces, se nos narra que:  “El Ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: no invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que vosotros  no hagáis pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar; más vosotros no habéis atendido mi voz. ¿porqué habéis hecho esto? Por tanto Yo también digo: no los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero. Cuando el Ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. Y llamaron el nombre de aquel lugar Boaquim (que significa: los que lloran) y ofrecieron allí sacrificios a Jehová.” 2:1-5  

Concluimos que estas son verdaderas Teofanías, que como ya dije; es una manifestación de Dios en forma visible y corpórea.

Esta debe ser definitivamente una de las Personas de la Divina Trinidad, sabemos que Jehová Dios es Espíritu y por ende su Santo Espíritu también, entonces su forma visible y corpórea a nuestra semejanza, es la Divina Persona de su amado Hijo, el cual conocemos desde hace más de dos mil años como El Mesías, Jesús de Nazareth.

Por lo tanto desde la dispensación de la Gracia de Dios hacia nosotros, en la Persona de Jesucristo, hasta su esperada Segunda Venida (de nuestra era), no podremos creer en cualquier mortal que ose llamarse “el cristo”, porque automáticamente es identificable con los muchos anticristos que nos advierten los visionarios Pedro y Juan, en sus cartas.

El Verbo de Dios (el Unigénito Hijo de Dios), vendrá en Majestad y Gloria, descendiendo del Cielo, por lo tanto: “todo ojo le verá”.

En esos espacios de tiempos y edades, con diferentes nombres, pero el mismo, el Glorioso, el Consejero, ADMIRABLE, Príncipe de paz, Rey de Justicia, Señor de señores, Rey de reyes, Emanuel, Bendito por los siglos de los siglos, por toda la eternidad.  La única esperanza para la humanidad perdida en delitos y pecados, siendo Jesús el único Camino al Padre; “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mi. Si me conocéis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.” Juan 14: 6, 7.

Estas manifestaciones de Dios, en la Persona de su Hijo, podrían haber sido muchas más, en la antigüedad, pero como ya dijimos hasta la saciedad, que la más importante para nosotros en esta etapa de vida de la humanidad, fue en la venida del Mesías prometido por Dios, a través de uno de los grandes profetas, Isaías, cuando dijo: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre ADMIRABLE, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” Isaías 9: 6 complementándose con: “porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El crea, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mun do sea salvo por El.  El que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios.” Juan 3: 16- 18.

Sueño en que nuestros Países latinoamericanos sean para Jesús y crean verdaderamente en El, al igual que los samaritanos, que con verle y oírle creyeron, a pesar de ser de un pueblo no amistoso con los judíos; “Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en El por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a El y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de El, y decían a la mujer: ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste (Jesús) es el Salvador del mundo, el Cristo.” San Juan 4: 39-42, oremos al respecto.

Un solo intercesor entre Dios y nosotros la raza humana, Jesús es nuestro verdadero y siempre fue desde la eternidad (que no tiene principio ni fin), el único mediador.

El Nuevo Pacto, entre Dios y nosotros fue hecho con la mediación e intercesión del buen Pastor, el buen pastor, su vida da por sus ovejas (Salmo 23), entonces veamos lo que San Pablo nos dice al respecto: “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

Los otros sacerdotes (que ordenó el mismo Hijo de Dios en aquellos lejanos tiempos), llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; más éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.  “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: Santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; porque no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose así mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo (o sea a Jesús), hecho perfecto para siempre.” Hebreos 7: 22-28

 

 

El mensaje anterior de Pablo, se explica por si solo, referente al trabajo en la ley, que ejerció el Hijo del Dios Altísimo, bajo el nombre de Melquisedec; y el posterior a la ley, o sea bajo el Nuevo Pacto; el mismo Hijo de Dios, ahora y para siempre en la persona de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Ante la necedad y corrupción de la raza humana, era primordial la salvación de esta, a causa de la perdición en que se encuentra nuestra decadente condición.

Hacemos eco al lamento una vez más del siervo de Dios, el rey David, cuando exclama, bajo la inspiración del Espíritu Santo: “Dice el necio en su corazón: no hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. ¿no tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo, como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?  Ellos temblaron de espanto; porque Dios está con la generación de los justos.  Del consejo del pobre se han burlado, pero Jehová es su esperanza. ¡Oh, que de Sión saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.” Salmo 14.

Vio David la descomposición del ser humano hacía su Creador, lamentándose hasta las lágrimas.  Al final de este pasaje, vemos un anhelo maravilloso, que se hace una metamorfosis hacia una profecía, porque al igual que se anuncia en  Isaías 9: 6, sabemos del Nuevo pacto en la persona de Jesús, ya que apremiaba, la salvación a nuestra alma pecaminosa; porque: “cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.” Salmo 53: 3.

Por todos los que nos desviamos; perdiéndonos a causa de obedecer al engañador, fue la culminación del plan perfecto de la salvación; dice Jesús cuando le habla a Zaqueo, diciéndonoslo también (porque su Palabra permanece para siempre), “Jesús le dijo: hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino ha buscar y a salvar lo que se había perdido.” Lucas 19: 9 y 10

Necesitábamos, de un mediador entre Dios y nosotros, la raza humana, en todos los tiempos y edades que han transcurrido desde la caída en pecado de Caín, siendo Dios en lo infinito de su misericordia, piadoso con todos, dándonos las oportunidades respectivas, por medio del único mediador, su Amado Hijo; “Porque hay un solo Dios, y un solo me diador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre.” 1ª. Timoteo 2: 5, estas oportuni-dades de ayuda y salvación, acompañaron a la humanidad a lo largo de su existencia pecaminosa.

Estamos sabidos de que tenemos un único Dios Soberano; el dispuso ser fiel y multimisericordioso con todos, dándole la autoridad a su Amado Hijo, para trasladarse a esta tierra a mediar por nosotros; “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5: 8 aún más: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” Romanos 8: 34.

JESUCRISTO, el mediador; es cuando se acentúa la Santidad de Dios y nuestra pecaminosidad, para: expiación de pecados, propiciación de la Justicia Divina y reconciliación de las dos partes.

Esto expresado en los sagrados escritos del Nuevo Testamento, ampliamente. En los evangelios sinópticos; a nuestro Bendito intercesor y mediador, se le presenta como el Hijo de Dios por excelencia, único revelador del Padre;  “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Mateo 11: 27

La Divina Persona del Hijo de Dios, es desde la eternidad y por la infinita eternidad, par tiendo de esa premisa, El ha venido siendo el mediador aun desde la eternidad; “Todas las cosas por El fueron hechas, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Juan 1: 3. 

Su eterna mediación se ha manifestado inclusive en la creación de todas las cosas; a causa de eso; nosotros también: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para El; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de El.” 1ª. Corintios 8: 6 ; esto se hizo especialmente en el establecimiento del Nuevo Pacto; “pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.” Hebreos 8: 6; viniendo esto a confirmar que su sacrificio expiatorio es más que perfecto, expresado en la inspiración del Espíritu Santo de Dios, al apóstol Pablo, cuando nos narra lo siguiente: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia Sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido  eterna redención.  Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuanto más la SANGRE DE CRISTO, el cual MEDIANTE EL ESPIRITU ETERNO se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es MEDIADOR de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” Hebreos 9: 11-15.

Humanidad la nuestra; necesitados de un intercesor, mediador y salvador; ¡¡Gloria a Dios por siempre!!  ¡¡gracias Yavhé, por Yeshua!!

Si es escéptico a lo tratado en este capítulo; vuelva a orar al respecto y escudriñe nuevamente las citas de Miqueas 5: 2 y San Juan 16: 28.

Parte del capítulo IV del Libro: ¿Por qué Pecamos aún los cristianos evangelicos?  J. Rivera

José A. Rivera M.
Editor.

 
  ESCUDRIÑANDO A PROFUNDIDAD
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

  JESUCRISTO VIVE!!!
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